lunes, 20 de abril de 2020

'La Arboleilla'

Cómo decorar un patio con macetas

La casa de mi abuela Araceli, “La Arboleilla”, tenía un inmenso jardín delante de su casa que sólo se veía una vez subida la larga y empinada rampa de acceso.

El jardín era una preciosa composición de colores, formas y olores que te llenaba de alegría nada más verlo. Ella lo mimaba como si fuera un niño pequeño tal era su pasión por las flores y plantas. Desde que se levantaba al alba se dedicaba a cuidar sus cientos de macetas, quitaba las hojas secas, trasplantaba, regaba y les hablaba – A ver si te despabilas que estás muy enclenque-, -Y tú no te puedes quejar que te tengo en el mejor sitio…- le decía a uno y a otros tiestos de claveles.

Cuanta paciencia y cariño vi en ese jardín donde correteábamos de pequeños todos sus nietos y nietas, éramos un montón. El abuelo siempre estaba leyendo las novelas del Oeste de Marcial Lafuente Estefanía en su butaca y haciendo bromas con todo. 

Cada vez que recuerdo el colorido y aromático jardín me lleva a un tiempo de juegos, besos y risas.

Ahora el jardín sólo es ladrillo adosado.

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