jueves, 14 de noviembre de 2019

Micros



Algo importante

Salí corriendo, algo importante estaba a punto de suceder y no quería perdérmelo, llegué con el tiempo justo a ese preciso punto de la algaida para contemplar una tarde más la puesta de sol sobre los olivares.

Cena

Ella miró el reloj y su imagen en el espejo, encendió las velas y corrigió la posición de los enseres que esperaban a ser usados sobre la mesa.

Una hora después, ella miró el reloj y su imagen en el espejo, apagó las velas y corrigió la posición de sus deseos que ya no esperaban ser satisfechos ni siquiera sobre la mesa.

Queja

Tropezó con una pequeña piedra que le hizo caer y se quejó por la existencia de la misma, siguió adelante y mirando a su alrededor se sintió perdido por no encontrar ninguna piedra que le indicara el camino.

Aeropuerto

Lo divisé a lo lejos mientras esperaba leyendo el periódico en uno de los bancos del aeropuerto y la emoción me apretó la garganta. Era él, cuánto tiempo imaginando este encuentro y ensayando las palabras precisas que se quedaron guardadas en algún centímetro de mi boca. El corazón me latía con fuerza, venía hacia mí mirando ensimismado en el móvil que traía en la mano. Cuando estuvo a pocos pasos levanté el periódico a la altura de mi cara pues, de repente, atrajo mi atención un artículo de Rosa Montero. Otra vez será.

Araceli Míguez. 2015

Manuel


Un muerto y un desaparecido al volcar una patera en el litoral de ...


Las olas bailan tranquilas al son del viento esta tibia tarde de invierno. Farid pasea pensativo por la playa cuando se cruza con un hombre con sombrero quien lo saluda con una voz suave y amable.



Al oír la voz del saludo, sin saber el motivo, Farid se para en seco frente al desconocido.




Un tranquilo mastín va y viene correteando desde la orilla hasta su compañero, disfrutando del agua juguetona y de la brisa.




-¡Nero, no te mojes más que estás malo!- le grita el desconocido con cariño.




Nero observa a los dos hombres y se sienta entre ambos mirando atento el encuentro. Mira a su dueño y no hay nada que indique amenaza, al contrario, el corazón de su amigo late igual de alegre que cuando llega a casa y él lo recibe con movimientos de rabo y muestras de cariño; no hay peligro.




Farid siente una especie de ráfaga de luz surgida de un rincón de su memoria, traída por la voz que le pregunta en ese momento si reconoce la barca que se encuentra medio destrozada a unos metros de distancia, pero aún su desconcierto es tal que no atina a encajar el motivo de la familiaridad que siente ante el desconocido. Al mirar la barca todo se dibuja en su mente y reconoce al instante a Manuel.




Afirma con la cabeza mirando fijamente los restos que quedan varados en la arena y recuerda una antigua nana cantada en tiempos ancestrales por las pobladoras de la costa donde él nació. También identifica la atracción del canto de las sirenas que lo llamó a buscar un futuro. Es el mismo que embelesaba a los marineros en aquellas épicas historias.




Por su cabeza pasan imágenes de grandes olas cayendo sobre la diminuta embarcación, escucha gritos pidiendo ayuda, ve cuerpos en el agua, siente los llantos de niños, mujeres y hombres y la sensación en su cuerpo de frío, hambre y desesperación en una noche oscura y siniestra.




En ese instante es consciente que en la barca de madera azul y blanca, él y otras personas habían naufragado en las oscuras y frías aguas atlánticas. La imagen de su cuerpo flotando inerte aparece cristalina ante sus ojos.




Hasta ese momento no tenía ningún recuerdo que explicara su actual existencia en ese lugar. Había borrado de su memoria la nefasta travesía pero reconocería esa voz en cualquier lugar, es la misma que repetía cerca de su oído -Hadi sadiq. Hadi sadiq...*- La identifica en el escenario de esa fatídica noche agarrando su cuerpo entre las olas.




También la recuerda enérgica y firme, gritando algo que él no entendía entre ruido de motores y un barullo de gente agitada. Creyó entrever ráfagas naranjas, destellos plateados y bultos en rojo que se movían a su alrededor e intuyó porque estaban allí.




Mientras el mastín que observa atento la escena, mueve su rabo como si entendiera todo lo que está ocurriendo, Farid mira a los ojos del hombre que tiene en frente, extiende sus manos y agarrando fuertemente las de Manuel sólo pronuncia una palabra, -¡Shukran!-*




A Manuel y a Nero



Manuel es voluntario de rescate marítimo de la Cruz Roja de Conil (Cádiz)



*Hadi sadiq. Tranquilo amigo.

*Shukran. Gracias



13 de noviembre 2019.